Pasos a seguir para alquilar tu local comercial
Si tienes un local comercial en propiedad que quieres alquilar, hay algunas cosas importantes que debes saber, sobre todo en lo que respecta a la duración del contrato de alquiler y la adecuación del inmueble. A continuación te explicamos cómo alquilar tu local comercial paso a paso.
Contrato de alquiler
Del mismo modo que el alquiler de viviendas, el alquiler de un local comercial debe cumplir con lo establecido por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). Hay varios aspectos que son relevantes:
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Duración del contrato: en el caso de un local comercial, la LAU no fija un plazo para el arrendamiento, por lo que como propietario la duración del contrato de arrendamiento debes pactarla con el inquilino. Lo ideal es establecer un plazo e inicial, e ir renovándolo si ambas partes estáis de acuerdo.
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Renovación: el contrato de arrendamiento finaliza sin necesidad de notificación o aviso por ninguna de las partes. Pero, si una vez finalizado el inquilino permanece en el local durante más de 15 días con tu consentimiento, el contrato se renueva de forma automática.
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Fianza: en el caso del arrendamiento de un local comercial, la fianza supone dos mensualidades en lugar de una. La fianza tiene que ser depositada en el organismo correspondiente de la comunidad autónoma en el que se encuentre el inmueble.
Documentación
En base a la normativa vigente, hay una serie de documentos que necesitas para alquilar tu local comercial. Son los siguientes:
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Certificado de Eficiencia Energética (CEE): desde el año 2013, este documento es obligatorio para realizar cualquier operación inmobiliaria. Debe emitirlo un técnico cualificado y homologado, y tiene una validez de diez años.
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Licencia de uso del local comercial: por supuesto, para alquilar el inmueble como local comercial, debes tener los permisos correspondientes que acrediten que cumple con los requisitos mínimos exigibles para un negocio.
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Recibos de suministros: es indispensable que estés al corriente de pago de los suministros del local, y para probarlo debes entregar al inquilino los últimos recibos.
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Información del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI): al igual que con el pago de los suministros, tienes que estar al día con el IBI. Para acreditarlo, necesitas el último recibo del IBI, que indica el número de la referencia catastral.
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Nota simple: la nota simple es un documento que expide el Registro de la Propiedad y que acredita que tú eres el propietario del local.
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Depósito de fianza: y, por último, al firmar el contrato de arrendamiento, debes recibir por parte del inquilino la fianza, equivalente a una mensualidad. Tienes que entregarle al arrendatario una copia del depósito de la fianza en el organismo correspondiente en la comunidad autónoma donde esté ubicado el inmueble.
¿Reformado o sin reformar?
Una de las principales cuestiones que debes plantearte es la de si te interesa más alquilar el local reformado o sin reformar. Si como propietario optas por reformar el inmueble, debes tener muy en cuenta el uso que se le va a dar el inmueble. Aunque no puedas determinarlo con exactitud, si el local está enfocado a negocios de restauración, debe contar con características concretas, como salidas de humo, baños, cocina… Calcula la inversión y valora si realmente merece la pena.
Aunque no quieras hacer una reforma integral del local, sí es interesante que hagas pequeñas mejoras para que resulte más atractivo y poder alquilarlo a un mejor precio. Puedes hacer reparaciones en las paredes y en el suelo, así como en las instalaciones de electricidad y fontanería. Presta atención a los pequeños detalles para que el inmueble de sensación de orden y de limpieza.
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