Cómo potenciar el rendimiento económico de tu local

Invertir en locales comerciales representa una opción muy atractiva para incrementar el capital, ofreciendo ingresos estables a través de su arrendamiento a negocios. La elección de una ubicación privilegiada puede resultar en un retorno de inversión significativo debido al crecimiento de la demanda de locales en alquiler. Aunque estos inmuebles tienden a revalorizarse con el tiempo, factores como el desarrollo urbanístico, la ubicación y la situación económica influyen en dicho crecimiento.

Al considerar la elección de un local comercial como inversión, aspectos clave como la ubicación y el tamaño desempeñan un papel fundamental. Un análisis detallado del perfil del público objetivo, incluyendo su nivel económico y hábitos de compra, se vuelve esencial. Para negocios dependientes de la presencia física de clientes, la visibilidad, accesibilidad y la disposición del escaparate son determinantes.

La evaluación de la necesidad de posibles reformas para adaptar el local es crucial, junto con el cálculo de su potencial revalorización tras las mejoras. Contar con profesionales de confianza para llevar a cabo las reformas garantiza una gestión adecuada de permisos y licencias, evitando posibles sanciones. En definitiva, alcanzar el éxito en la inversión de un local comercial implica realizar un detallado análisis de factores cruciales como la ubicación, dimensiones, público objetivo, características del negocio y gastos de remodelación.

Claves para poner un local comercial en alquiler

Al alquilar un local comercial, hay estrategias clave para agilizar el proceso de firma del contrato. La duración del contrato es flexible para locales comerciales según establece la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), aunque cinco años es  lo más común, renovándose mensual o anualmente. Es crucial conocer la normativa local y los estatutos de la comunidad de propietarios, así como obtener una nota simple del Registro de la Propiedad.

Por supuesto, debes establecer un precio adecuado, lo cual implica investigar los precios locales y, si es necesario, contar con la asesoría de un agente inmobiliario. La LAU ofrece flexibilidad en la elección del tipo de renta acordado entre ambas partes. El modelo tradicional es el de renta fija, donde el inquilino paga una cantidad constante cada mes. Sin embargo, también puedes optar por un modelo mixto de renta fija y variable, con una cantidad constante más una parte variable basada en los beneficios obtenidos. Mientras, la renta escalonada implica aumentar progresivamente la cuantía a lo largo del contrato.

Por otro lado, es crucial definir claramente en el contrato la actualización de la renta para evitar conflictos futuros. La práctica común es la actualización basada en el Índice de Precios al Consumo (IPC) del Instituto Nacional de Estadística (INE). En contratos a largo plazo, también se puede acordar la actualización mediante el IPC más una cantidad adicional "x".

Al firmar el contrato, la negociación de las cláusulas es vital, detallando todas las obligaciones de ambas partes. Se deben detallar los datos tanto del propietario como del inquilino, junto con la identificación precisa del local, incluyendo dirección, dimensiones, año de construcción y referencia catastral, entre otros. Asimismo, el contrato debe especificar la cuota mensual acordada para el arrendamiento y detallar el método y la forma de pago.

En relación con la fianza, la LAU establece que para inmuebles no residenciales, el inquilino debe depositar una cantidad equivalente a dos meses de alquiler como garantía. También es necesario incluir una cláusula que describa la actividad permitida en el local y otra que determine quién asumirá la responsabilidad de pagar los impuestos y tasas asociados al inmueble, como el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) o la tasa de basuras.

Estas estrategias maximizan las posibilidades de alquilar tu local comercial rápidamente.