¡El negocio que no pasa de moda! Descubre cómo los locales en venta son una apuesta rentable
En los últimos años, los locales comerciales se han convertido en una gran alternativa para diversificar los ahorros de los inversores. Ofrecen una rentabilidad superior a la de las oficinas y las viviendas, así que comprar un local comercial, reformarlo y ponerlo en alquiler es una excelente inversión.
El mercado de inversión en locales comerciales en España creció un 120% en 2022, según datos ofrecidos por la consultora inmobiliaria Savills. Este tipo de inmuebles es el que mejores retornos ofrece en hasta 41 capitales de provincia. Las más favorables para invertir son Lleida, Ávila y Santa Cruz de Tenerife, con una rentabilidad superior al 10%.
A esto hay que sumar que la inversión en locales comerciales distribuye beneficios periódicos, los cuales provienen del alquiler de los mismos. Ingresos pasivos que van amortizando la inversión inicial. Además, como el resto de inmuebles, se encuentra en la categoría de activos tangibles, que tienen un riesgo infinitamente menor al de los activos financieros.
Estos inmuebles cuentan con contratos e mayor duración con base en la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). Esto genera mayor visibilidad y predicción en lo que a generación de rentas se refiere. Asimismo, la normativa para operar estas rentas es más flexible que la del alquiler residencial, lo que permite tener una mayor capacidad para replantear la estrategia de la inversión a medio y largo plazo.
Alquilar un local comercial
El arrendamiento de un local comercial se considera alquiler para uso diferente de la vivienda. Aunque este tipo de inmuebles también se someten a la LAU, del mismo modo que las viviendas, la aplicación de la ley es más flexible.
En lo que respecta a la fianza, la cuantía equivale a dos mensualidades de renta, que se pueden actualizar transcurridos los primeros cinco o siete años de alquiler (dependiendo de si el arrendador es persona física o jurídica). Más allá de la fianza, las partes pueden establecer cualquier tipo de garantía adicional. Las cláusulas que debe incluir el contrato de arrendamiento son los siguientes:
● Datos: es fundamental que el contrato refleje los datos identificativos tanto del propietario del inmueble como del futuro inquilino.
● Identificación del local: incluir la información básica del inmueble es fundamental (dirección, referencia catastral, año de construcción, metros cuadrados de superficie, etc.).
● Renta: uno de los datos más importantes a incluir en el contrato es la renta mensual que tiene que pagar el inquilino por el alquiler del local. Además, hay que indicar la forma y el plazo de pago.
● Duración: la duración del contrato de arrendamiento debe ser de mutuo acuerdo entre las partes.
● Actividad: al tratarse de un alquiler comercial, el contrato debe especificar cuál es la actividad principal del inmueble.
● Impuestos y tasas: para evitar conflictos en el futuro, conviene detallar quién va a abonar los impuestos y tasas relacionados con el local, como el IBI o las facturas de suministros.
● Reparaciones: el contrato también tiene que estipular quién se va a hacer cargo de las reparaciones que requiera el local, como problemas de goteras o roturas de mobiliario, por ejemplo. Por lo general, tiene que ser el propietario quien cubra las reparaciones. Ahora bien, si los daños se deben a una mala acción del inquilino, es este quien tiene que encargarse de la reparación de los mismos.
● Rescisión de contrato: y, por último, conviene incluir una cláusula de rescisión de contrato que establezca en qué ocasiones se puede rescindir el contrato de alquiler.
Antes de firmar el contrato, revisa bien todas las cláusulas para no dejar nada en el aire y evitar conflictos en el futuro con el inquilino.
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